Sentencia nº AP-018 de Consejo de Estado - Sala Contenciosa Administrativa - SECCIÓN CUARTA, de 17 de Marzo de 2000 - Jurisprudencia - VLEX 52585839

Sentencia nº AP-018 de Consejo de Estado - Sala Contenciosa Administrativa - SECCIÓN CUARTA, de 17 de Marzo de 2000

Número de expediente25000233100020000001801
Fecha17 Marzo 2000
EmisorSECCIÓN CUARTA
MateriaDerecho Fiscal,Derecho Público y Administrativo
Tipo de documentoSentencia

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION CUARTA

Consejero ponente: GERMÁN AYALA MANTILLA

Santafé de Bogotá D.C., diecisiete (17) de marzo de dos mil (2000).

Radicación número: AP-018

Actor: CORPORACIÓN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL “CO-SINERGIA”.

Demandado : A.M. de Santafé de Bogotá.

Referencia: Acción Popular. Apelación providencia diciembre 16 de 1999. Tribunal Administrativo de Cundinamarca.Decide la Sala la impugnación formulada por la parte demandada contra la providencia del 16 de diciembre de 1999, proferida por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca en el sentido de acceder a las súplicas de la demanda instaurada dentro del trámite de Acción Popular.

ANTECEDENTES

El Representante Legal de la Corporación de Ordenamiento Territorial “CO-SINERGIA”, obrando como tal, interpuso acción popular, a favor de los habitantes de Santafé de Bogotá, D.C., con el fin de que se les garantice el goce y la protección de la integridad de un ambiente sano y del espacio p+ublico, de conformidad con lo establecido por la Constitución Nacional, la ley y las disposiciones reglamentarias, lo mismo que la Ley 472 de !998, derechos que están siendo vulnerados y desconocidos por el uso indiscriminado de los vehículos automotores en la ciudad, manifestó lo siguiente:

“Los costos económicos, sociales y ambientales de las ciudades dependientes de los automóviles hacen cuestionar su futuro.

“…

“Un automóvil de tamaño medio matriculado hoy, con todos los adelantos para reducir la contaminación (catalizadores, gasolina sin plomo), y con un bajo consumo energético, que haga unos 13 mil Kms anuales y que dure 10 años, producirá, según el Instituto de Perspectiva y Medio Ambiente de Heidelberg, Alemania, lo siguiente: 44.3 toneladas de dióxido de carbono; 4.8 Kgms de dióxido de azufre; 46.8 Kgms de óxidos de nitrógeno; 325 kgms de monóxido de carbono; 36 Kgms de hidrocarburos y 26.5 toneladas de residuos.

“El informe también datalla la contaminación de suelos, aire y agua por gasolina o gasóleo, cadmio, plomo, cobre, cromo, níquel, zinc y PCBs. Las deposiciones ácidas de cada auto causarán la muerte de tres árboles y dañarán seriamente a otros 30. El coche en cuestión acortará por término medio la vida en 820 horas debido a accidentes mortales de tráfico; uno de cada cien conductores morirá en accidentes de tráfico. Los costos externos debido a la contaminación, el ruido y los accidentes, una vez deducidos todos loa impuestos que paga el vehículo ascienden a US$ 3.700.

“El transporte automotor contribuye a las emisiones de gases de invernadero, acelerando el cambio climático y a la destrucción de la capa de ozono, debido a la utilización de cloroflorocarburos (CFCs) en las espumas de los asientos y en los sistemas de acondicionamiento del aire, el 10% de los CFCs es consumido por la industria del automóvil. El automóvil destruye el ozono de la estratosfera donde es más necesario, pero aquí abajo, en la troposfera, donde no lo necesitamos, el automóvil lo produce en grandes cantidades al reaccionar los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos en presencia de la luz solar, dañando la salud de las personas, los cultivos, los árboles y las plantas en general, y contribuye además con un 8% al efecto invernadero. Por todo lo anterior, se convierte en una de las principales causas de las lluvias ácidas.

“…

“Se estima que de continuar con las tasas actuales de emisión de contaminantes atmosféricos en Santa Fe de Bogotá, en 10 años, a fin de cumplir con las normas vigentes de la calidad de aire, se requerirá una reducción del 80% en las emisiones de hidrocarburos, de 63% en las de monóxido de carbono, del 26% en las de dióxido de azufre y del 33% en las de óxido de nitrógeno. La causa de las emisiones de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno e hidrocarburos proviene principalmente de la combustión incompleta de combustibles fósiles en los automotores que circulan en la ciudad.

“Sin embargo, la reducción de las sustancias contaminantes en Santa Fe de Bogotá estará cada vez más lejos si continúa el incremento desmedido del parque automotor en la ciudad. Se calcula que en 1990 circulaban por la capital 374.994 vehículos; en 1991, 396.045; en 1992, 423.934; en 1993, 483.562; en 1994, 594.223 y en 1995, 641.730 vehículos. La situación se torna cada vez más alarmante.

“Al alto nivel de contaminación del aire hay que sumar la contaminación ambiental por ruido que en la mayoría de centros urbanos del país es producido por los vehículos, el comercio, las actividades de la construcción y la industria manufacturera. Las fuentes móviles (automotores) contribuyen aproximadamente con un 21% de los altos niveles de ruido. En las principales vías de Bogotá, en especial en las horas pico, el ruido llega a 93 decibeles, cuando lo aceptado para una persona es de 40 decibeles; similares niveles encontramos en otras ciudades del país.

“Al referirnos a la contaminación ambiental causada por los automotores en la capital, estamos aludiendo a un bien colectivo como es el aire, al que se le está agregando algo, ensuciándolo con ruido y gases nocivos y peligrosos para la salud. Pero el automóvil también extrae algo de los espacios colectivos, como cuando los automovilistas congestionan las avenidas, se apoderan de los andenes, vías peatonales y calles para utilizarlos como sitio de estacionamiento, lo que ya ha alcanzado límites intolerables en Santafé de Bogotá. El comercio informal no es el único que se apodera de los espacios públicos en la ciudad, el automóvil los está monopolizando a lo largo y ancho de la capital y ha reducido su multifuncionalidad, además de que los acosa con ruido y aire contaminado. La agresión ambiental por este hecho aumenta día a día.

“Según el estudio contratado por la Secretaría de Tránsito y Transporte de Santafé de Bogotá, “el 71% de los muertos en accidentes en la Capital son peatones. Los datos en ciudades comparables en el mundo muestran que este número nunca ha sobrepasado el 40%. Hay dos causas fundamentales de esos altos índices: la malla vial fue diseñada privilegiando el transporte automotor y no a los peatones, y la existencia de lugares donde es imposible hacer un recorrido completo por el andén, obligando al peatón a caminar sobre la vía”. De la violación de derechos colectivos, espacio público y medio ambiente, el automovilista pasa a desconocer el derecho fundamental a la vida.

Para contrarrestar estas externalidades o deseconomías, la ciudad capital requiere de políticas públicas que desestimulen drásticamente la utilización del automóvil. Se necesita implementar diferentes programas y proyectos interinstitucionales para que la política sea viable, entre los cuales cabría destacar el mejoramiento de la eficiencia del transporte urbano colectivo, el gravamen al uso del automóvil, elevadas sanciones pecuniarias por el parqueo en la vía pública y masivas campañas de solidaridad ciudadana.

“El exceso de automóviles en la ciudad no se contrarresta construyendo únicamente nuevas infraestructuras viales. Es necesario llevar a los usuarios de estos a pagar directamente las “externalidades” que la mayoría de los habitantes de la capital del país padecen por esta causa, como son: los accidentes de tráfico, los embotellamientos, la contaminación atmosférica, las lluvias ácidas, el ruido, el cambio climático y los residuos generados por los coches al final de su vida útil, todo lo cual degrada la ciudad y vulnera el derecho a gozar del espacio público. Se requiere el diseño de políticas viables y eficaces.

“…

“Si bien las decisiones que está tomando actualmente la administración distrital en relación con el tráfico automotor y la recuperación de andenes y del espacio público en general, invadido por el parque automotor de la ciudad, tienden a buscar soluciones, medidas como las del “pico y placa” y la instalación de “bolardos” deben ser el principio de otras más eficaces y efectivas, que, además de ir dirigidas a modificar la racionalidad (o irracionalidad?) de los automovilistas, puedan a su vez ser fuente de recursos para recuperar la malla vial y financiar el ambicioso Proyecto Transmilenio con Metro incluido.

“…la Administración Distrital y el DAMA deben hacer lo necesario para que las políticas encaminadas a garantizar el goce de un ambiente sano y del espacio público, ambos invadidos por el uso indiscrimado e incontrolado de los vehículos automotores, sean eficientes y eficaces y n o se queden en su mera formulación.” (fls. 2-6).

Ahora bien, analizó varias de las disposiciones que se han tomado al respecto y encontró serias deficiencias y omisiones por parte de las autoridades en su implementación, como las...

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